Rafael Rosado Puccini
Biólogo Marino. Esp, MSc.
En la entrega pasada vimos el intervalo de temperatura que determina el sitio en el que se pueden cultivar truchas, estableciendo los límites seguros; de acuerdo con esta, se complementó la información con la mejor opción de producción (alevinos, carne o ambas). Recordemos: en la parte inferior del rango ideal para la especie se puede producir semilla y carne, mientras que hacia la parte superior solamente se adelanta el engorde.
Ahora, como parámetro fundamental de la calidad del agua, es necesario mencionar aspectos sobre el oxígeno. Se tiene que, dependiendo de la temperatura y la presión atmosférica en un sitio dado, lo que se relaciona con la altura sobre el nivel del mar, una fuente de agua podrá contener de forma natural una cantidad determinada de oxígeno disuelto. En realidad, la salinidad también afecta, pero como estamos hablando de aguas continentales (dulces), no la tendremos en cuenta.
Con temperaturas más bajas, el agua tiene mayor capacidad para contener oxígeno. Y mientras mayor sea la presión atmosférica, es decir, en los sitios de menor altura, pasa lo mismo. De lo anterior se puede inferir que, para el caso del engorde, los mejores sitios serán aquellos que se ubican en la menor altitud y con temperaturas inferiores a los 18°C; aunque no es el todo exacto establecerlo como una norma general en tanto ciertas condiciones geográficas influyen, la gran mayoría de las granjas de producción de truchas de consumo se localizan a partir de los 1800 metros sobre el nivel del mar. Este dato tiene utilidad en cuanto permite una primera aproximación al potencial de una región que pueda ser contemplada para cultivar truchas.
Sobre el oxígeno siempre se debe acceder a dos mediciones, las que, por lo general, están disponibles en la mayoría de los equipos (oxímetros), que se pueden utilizar. La cantidad de oxígeno disuelto, o sea su concentración en el agua, es la primera y se mide en miligramos de oxígeno por litro de agua o partes por millón (mg/litro, ppm). La segunda medida nos indica el porcentaje de saturación, que no es otra cosa sino un valor que señala cuánto se acerca la cantidad de oxígeno disuelto que ha sido medida a la que debería, teóricamente, encontrarse en ese sitio en particular.
Las truchas son especialmente exigentes para el oxígeno. Así, por cuestiones apenas obvias, mientras mayor sea la concentración de este en el agua, pues mejor. Y, para efectos de cultivo, concentraciones superiores a los 7 miligramos por litro se consideran como el punto de partida. Por otra parte, el intercambio de oxígeno entre el agua y la sangre de los peces ocurre en las branquias y se da por difusión; así, la eficiencia de este intercambio estará condicionada a que el porcentaje de saturación sea mayor en el agua que en la sangre. Por esa circunstancia se recomienda que la saturación deba encontrarse en valores superiores al 80%. En resumen, en la caracterización de una fuente para cultivo de truchas, los valores de concentración de oxígeno y de porcentaje de saturación deben ser medidos y analizados en conjunto.
Aquí viene un aspecto fundamental en el que iremos profundizando posteriormente cuando detallemos cargas de cultivo; además de proveer el ambiente óptimo para las truchas, básicamente será el oxígeno disuelto junto con el caudal las dos variables que en principio determinarán el potencial volumen de truchas que es posible producir en ese lugar.
Precisemos lo anterior. No todo el oxígeno presente en el agua es utilizado por las truchas. En el diseño de fincas para cultivo de truchas se establece un valor mínimo para la salida de los estanques; por lo general, una buena aproximación es que sean 5 miligramos por litro. Así las cosas, si por ejemplo en el agua de ingreso se tiene una concentración de 8 miligramos por litro y hemos establecido ese nivel mínimo de 5 en la salida, será la diferencia entre los dos valores, 3 miligramos por litro, la que determina el oxígeno que podemos aprovechar para sostener los peces. Es lo que se conoce como Oxígeno disponible (O2d).
Al final, con la multiplicación del oxígeno disponible con el caudal de la fuente, tendremos esa cantidad de oxígeno que realmente es utilizable en la respiración de las truchas y, en consecuencia, podremos definir la cantidad de peces que es posible mantener; en otras palabras, se tienen los elementos para establecer la posible escala de producción del cultivo. Ya lo describiremos en detalle.
Dra Paola
Un cordial saludo.
Qué antibiótico bacteriostatico recomendaría para el tratamiento de flavobacterias y aeromonas ?? Y también si recomienda los ácidos orgánicos de cadena corta.
Muchas gracias